Este último miércoles fue el último partido de Luis Horna como tenista profesional y con ello cerró el telón de una carrera llena tanto de alegrías como tristezas para el tenis nacional.

Y es que Lucho a lo largo de su carrera deportiva cosechó admiradores como detractores, generaba halagos hacia su persona, como críticas también, pero sin embargo generalizó el reconocimiento por su enorme entrega a la hora de defender los colores nacionales.

No cabe duda, que Horna ya entró a la historia del ‘Deporte Blanco’ en nuestro país y si bien muchos pueden discutir si es el primero, el segundo o el tercer mejor jugador de la historia; lo cierto es que su profesionalismo e intachable carrera deportiva están fuera de discusión.

Y es que en estos tiempos donde los valores parecen ser escasos, Luis Horna reúne los requisitos para ser un ejemplo a seguir. Un jugador que siempre mostró tenacidad, entrega, lucha por sus conseguir sus objetivos y humildad ante los logros conseguidos.

Pocos deportistas mantienen los pies sobre la tierra ante el menor logros conseguido y más aún son pocos los que llevan una correcta vida profesional a lo largo de su carrera, bien se puede decir que Horna supo cuidar el calificativo de ‘Deporte Blanco’ en el tenis.

Horna se va de las canchas, pero su recuerdo quedará intacto. Nadie olvidará la emocionante clasificación al Grupo Mundial ante Bielorrusia, al igual que sus títulos en Acapulco y Viña del Mar, mucho menos la obtención del título en dobles en Roland Garros.

Es por eso que estás líneas están dedicadas para un tenista que supo despertar la pasión en el tenis, que si bien muchas veces me hizo renegar, mayores fueron las alegrías y las ganas por colaborar desde este pequeño espacio en que el tenis peruano resurja y sea conocidos por todos.

De esta forma se te agradece Lucho por todas las alegrías brindadas en este año y tal como la tribuna arengaba tu nombre, desde aquí también lo hacemos. ¡Lucho, Lucho, Lucho! Hasta siempre campeón.